miércoles, 28 de octubre de 2015

Sus últimas consecuencias

*Texto publicado en el No. 8 de la Revista La letra errante, en Septiembre de 2015.

A Elizabeth

Es una de esas reglas
que no están escritas
un misterio que no pongo en duda
un toque de metafísica
sobre la calidad de nuestras vidas.

El alma se vuelve equilibrista
y desaparece mi resistencia
voluntad narcotizada
como parte de un itinerario
la insistencia de una estrella
breve instante de ansiedad que se amplifica.

Impulso pasado por ácido
zigzagueo de un astro
más allá de todos los cálculos
siempre es una entre mil. 
Perfume cotidiano
tan inútil concepto
como transformador
como luz de día permanente
            lección que no se asimila.

Tierno accidente
que barre con lo establecido
peligro constante para que exista un mañana
un juego llevado
hasta sus últimas consecuencias
acción fundamental en un día que no termina.

Desafío al entusiasmo
que nos dirige a donde nadie más va
espiral que nos impulsa
inicial de un destino
donde el ayer y el ahora
no son potencia solamente.

Tono continuo
que transita entre el sí y el no
para llegar al límite de nuestra fragilidad
                        y hacer que las cosas ocurran.

Hallazgo no solo de las grandes etapas
sino de todas
aún en las pequeñas
porque no basta la ignorancia
            para que desista

de ser subversivo.

lunes, 26 de octubre de 2015

La poesía como principio paradójico

*Texto publicado en la columna "Bitácora del kamikase" del Suplemento Cultural Expresso del diario Correo de Guanajuato, el 5 de abril de 2008.

I

La poesía se extiende sobre las planicies y los bosques, colma las ciudades con palabras e imágenes, se introduce en los cenotes de la vida, se moja en la sequedad de los desiertos, planea con lentitud morosa sobre los cuerpos desnudos y sus sensaciones, descubre las vetas de sangre en las pieles destrozadas de la miseria.
La poesía penetra al interior del cerebro, ahonda en la existencia y naturaleza de las preguntas, fotografía la oscuridad e intuye que todo arte precisa de dos participantes: uno que lo haga y otro que lo necesite. La poesía abre un diálogo consigo misma, hace propio el coloquio interior, crea más líneas de palabras que estremecen, transforma la realidad a la cual se acerca, baraja diversas perspectivas para crear una visión nueva y excitante.
El poema es ese universo íntegro que representa una forma insustituible de captar y comunicar significados vitales, de crear quimeras y sostener esa maraña existencial de la cual cuelgan las imágenes y las metáforas se balancean en el huracán de las sensaciones.
II
La poesía es el ayuntamiento estremecedor entre música y contenido, y la música es inherente a una posible revelación que recorre voluptuosa e intensa el paisaje interior.
Los orígenes de la poesía fueron registrados con música. Las palabras que se encuentran estructuralmente asociadas a los aspectos musicales, y las sílabas que caen en el tiempo musical y la melodía que entonan las palabras.
Antiguamente no había una distinción entre poema y canción. El gran poema amoroso de la Biblia, El Cantar de los Cantares, tiene la misma procedencia que los cantos de amor del Medio Oriente.
El poema posteriormente se transformó en un simple montaje verbal, adecuándose a cada tiempo.
El poema es una construcción verbal porque emplea únicamente palabras, pero ¿es solamente una creación verbal la poesía? Es claro que la poesía rebasa su calidad verbal en por lo menos dos aspectos: el ritmo y la eufonía que le son intrínsecas por su estructura, los cuales no son traducibles de un idioma a otro, o por lo menos la traducción sería complicada para obtener un resultado similar al que el original haya producido. 
Por consecuencia, suele pensarse, que la mejor poesía no parece partir de ideas propiamente dichas, sino de sensaciones que el poeta cristaliza en secuencias verbales cuya construcción obedece tanto a su sonido como al sentido propio de las palabras. Por eso más allá del cuento (el hilo narrativo de cualquier poema) se encuentra el canto, que es el aspecto sonoro, prácticamente intraducible.
III
La poesía es un arte minoritario, al grado de que casi sólo los poetas aprecian la poesía. Existe una visión pesimista la cual pregona que la inmensa mayoría de quienes escriben poesía no tienen la menor idea de qué es la poesía, en qué consiste, de cómo debe escribirse y qué podría ofrecer realmente a los lectores actuales. Según los poseedores de esta visión, la culpa ha sido de los poetas académicos que fueron quitándole a la poesía lo que tenía de atractivo: primero la música, luego el verso y, finalmente, el significado.
En el bando contrario están aquellos que ven enorme promesa en la poesía actual de los jóvenes, y no sólo promesas sino obras realmente valiosas, que le han dado vitalidad a la poesía y un futuro promisorio. A la poesía se le ha visto como baluarte de la civilización o lo que significa pertenecer a una sociedad que se precie de ser civilizada. Nos encontramos en un punto donde la disyuntiva es determinar si la literatura, con la poesía al frente, todavía tiene algo que ver en nuestra sociedad, o si se ha convertido en un sujeto de nostalgia, inútil, inservible.
IV
¿Habrá suficientes evidencias para afirmar que la poesía ha muerto? Enumeremos algunas:
1) Un género que antaño era el ariete de muchas editoriales, la joya de la corona, hoy día es el género ninguneado.
2) Pocas editoriales se aventuran a publicar libros de poesía, a menos que sean best-sellers del dominio público o cuyos contratos tienen la fortuna de poseer.
3) Mucho de lo que se publica con etiqueta de poesía simplemente no lo es.
La curva de la debacle está trazada. El género se ha desgastado y depreciado por personas insensibles para la poesía, quienes afirman que “poetas somos todos” y que “es fácil escribir poesía”. Indudablemente se encuentra en su punto más bajo en varios milenios, pero de ahí a que haya muerto por la patria hay un gran trecho.
Hay quienes piensan que la poesía ya no la encontramos en su formato acostumbrado, sino que la tenemos en su presentación de música: en el rap, en el pop, en el rock, lo cual parece aberrante.
Parece más bien el momento ideal para un renacimiento. Esto debe derivar en una explosión de creatividad y de reinvención de los encantos de la poesía: musicalidad, ritmo, imagen, economía de expresión, ¡POESÍA!